Uf! Ya ni me acuerdo el tiempo que el Mercado de Torrijos ha estado cerrado por obras. ¿Quizá dos años? ¿Tal vez tres? La verdad es que a mi me apasionan los mercados; y es que a la gente de buen comer nos gusta curiosear por los puestos, preguntarle al pescadero de confianza que es lo más fresco del día, pegar la oreja cuando esa señora le cuenta a su carnicero cómo prepara la carrilera, disfrutar con la explosión de colores en la que estalla cada frutería que nos encontarmos. ¡Un placer! Y además, porque es una delicia salir un sábado por la mañana a dar un paseo, a llenar el carro de la compra con nuestros productos favororitos y luego, si se puede, se premia uno con una caña.
Este nuevo mercado (que se une al ya reformado de Chamartín y al que próximamente abrirá sus puertas en la zona de Barceló) cuenta con 7 pescaderías, 5 charcuterías, 2 panaderías, 4 pollerías, 9 carnicerías, 2 tiendas de congelados, 6 fruterías y 2 tiendas de delicatessen. Además el remodelado y espacioso centro cuenta también con diferentes tiendas donde rematar esos recadillos: reparación de llaves, tintorería, banco, peluquería, bellezar, regalo, costura y un supermercado.
Del sector carníco quiero destacar que para comprar las riquísimas (y un poquito caras) hamburguesas de Raza Nostra ahora ya no hace falta irse hasta el Mercado de Chamartín, ya que las ricas y creativas piezas de Juan José Rodríguez han llegado a este mercado.
Habrá que esperar unos meses hasta que veamos el Mercado de Barceló terminado y listo para degustar.
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