Los leones de la Cibeles se quedaron pasmados el año pasado y en este cálido invierno del 2011 estamos deseando verlos de esta guisa. El tiempo primaveral que hemos estado disfrutando durante los meses de enero y febrero se nos antoja prematuro y aún no ha caído ni un solo copo de nieve en lo que llevamos de invierno.
Y no solo ver a la Cibeles cubierta por un manto blanco y a sus animalitos de compañía con unas estalactitas de aúpa, sino ese Retiro cubierto de nieve, esos árboles de postal y esos coches que tanto juego nos dan y que nos surten de nieve para dejar mensajes en sus cristales o para comenzar una guerra de bolas.
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